lunes, 24 de marzo de 2008

La mujer rota

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A raíz del Día de la Mujer (y como ya lo mencioné en mi nota anterior) homenajes y festejos varios se han hecho en el mundo, mientras noticias tenebrosas nos cuentan de la violencia de género que se ejerce en los países más desarrollados del planeta. En fin…


Entre toda esa suerte de homenajes que el mundo entero emprende -casi como un
mea culpa- hay una gran cantidad de concursos literarios cuya base temática es lo que se ha dado en llamar “La mujer rota” (conmemorando los cien años del nacimiento de Simone de Beauvoir, la feminista por excelencia de siglo XX y autora de un famosísimo y controvertido libro que porta el tal título).


Desde México nos llega la invitación para participar en un certamen de poesía denominado de esa manera. Ni lerda ni perezosa he enviado mi trabajo vía web.
Consta de dos poemas que quiero compartir con mis amigos de este blog. Y aquí están:





ubicación


te doy mis ojos dijo
la tontuela
te doy mis ojos
mis manos
mis labios
mi risa
mi haber


no te lo mereces
hombre desalmado
que acabas con aquella
que con abandono
te brindó su ser


mujeres de aguante
siempre creidoras de
lo que en verdad no es:


que ellos han cambiado
que son de los nuestros
que su alma y mi alma
y la tuya y la de él
laten al unísono
sincronizadamente
acompasadamente
estúpidamente


él sigue siendo bestia
tú crédula también
mujer
basta ya
debes ponerlo
donde se merece


bajo tus pies

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noche oscura



despojadas de sus
seres interiores
volcaron en las páginas en
blanco
el anhelo trémulo de
corazones sangrantes


suicidas en potencia
(o potentes)
sin aceptar la
realidad
insoportable
la verdad
imposible
desgranando los tejidos lacerados
por el latido trémulo


amando como posesas
poseyendo a quienes
aman
sabedoras de lo que el
corazón
espera y
escribe


carson o
virginia
alfonsina o
sarah
esencia viva de
un carozo desgarrado
de dolor
con reflejos en ojos dorados
con el mar que mece
junto a las caracolas


con un río cristalino
que acepta un cuerpo
lastrado para
poder confundirlo con el
lecho de arena y piedras


con un tiro certero


con un puñado de pastillas como
estrellas


conocieron
conocen
la noche oscura del alma
y se arrastran solas
sin una mano amiga
extendida
hasta que no resistieron
hasta que no resisten
más
.
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