martes, 26 de febrero de 2008

Día de...

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Qué lamentable me parece. Tener que instituir oficialmente un “día de” es porque alguna carencia se está intentando sortear. O porque se han cometidos abusos o porque a alguien se le olvidó poner las cosas en su lugar. En fin…
Se acerca el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.


Ya hace un año algo escribí en este blog sobre el tema. Además de contar que en mi último espectáculo titulado La Vida es un Disparate hago una referencia muy feminista a ciertos aspectos de la relación entre mujeres y hombres (o entre hombres y mujeres, como se prefiera, bah…)


Bien, todo esto es una introducción para anunciar que el próximo 8 de Marzo caeré en las mismas redes en las que cae todo el mundo y voy a reponer el tal espectáculo en el CPC Colón de mi ciudad, Córdoba, Argentina. Por qué?
Bueno, porque me contratan; porque algún dinerillo anda dando vueltas ( y nunca está de más) y porque lo que más ansiamos quienes estamos en el mundo del arte y del espectáculo es mostrar lo propio, no?


Quedan invitados todos los que quieran asistir. Y sí, lo admito: yo también hago concesiones, aunque duela.
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miércoles, 20 de febrero de 2008

Marche un Oscar!

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Es una fuerza arrolladora de la naturaleza; es capaz de la mayor de las ternuras y de las más volcánicas escenas de sexo apasionado. Se perfila como ganador de uno de los tantos premios Oscar que este próximo domingo se van a repartir. Está nominado por su papel en “No hay lugar para los débiles” el filme de los hermanos Coen donde – aparentemente- se muestra en toda su violencia.



Pero no es una novedad. A sus 38 años, hace más de una década que viene subyugando por su fuerza y virilidad (Jamón, jamón, Carne trémula , Perdita Durango).
Hizo un impasse luego y se dedicó a componer a dos caracteres de antología de la vida real: el atormentado poeta cubano Reynaldo Arenas (Antes que Anochezca )y el compacto personaje –devastador para el espectador, por cierto- de Ramón Sampedro, el hemipléjico de Mar Adentro, que buscó la eutanasia.



Su actuación en este rol fue sublime y se entendió que estábamos ante el heredero directo de Al Pacino; Robert de Niro; Andy García o Benicio del Toro (estos dos diluídos en papeles chirles, últimamente)



Por supuesto, me estoy refiriendo a Javier Bardem, que seguramente se ganará el Premio al Mejor Actor de Reparto. Lo único que deseo (y él así lo ha manifestado en estos últimos días) es… que vuelva a actuar en español! Con El Amor en los Tiempos del Cólera se ha cometido otro de los tantos horrores que el cine ha hecho a lo largo
de su vasta historia y creo que por ahora, es suficiente!


Hasta la vista.
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martes, 19 de febrero de 2008

El teatro de la vida

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Ya lo dijo el gran bardo: “La vida es un gran escenario y todos somos meramente actores sobre él”. Más allá de tan maravillosa grafía literaria sobre lo que es el paso del humano por este mundo, algo se puede hacer para manejar los hilos invisibles y no dejarlos al arbitrio del Gran Dedo Gran, sobre todo cuando se habla del Libre Albedrío… Pues que de éso se trata precisamente. Y como quien no quiere la cosa y mientras trato de ir enfilando este blog hacia mi costado más poético, aquí les dejo una reflexión sobre tan importante tema:


puesta en escena



la puesta de la vida nos
enseña
que poco hay que de veras nos
proteja
actores somos de escenario enorme
por él vagamos
sin libreto
sin pautas de conducta
sin órdenes precisas
sin la guía eficaz y
protectora
de un buen director
de escena



librados al arbitrio de una suma
de vagas circunstancias
los otros
–ese infierno tan ajeno y tan
temido-
nos obligan a ciertas decisiones que
de no hacerlo
nos dejan fuera de ese gran juego
que es la fiesta de
la vida



como pobres marionetas permitimos
que los hilos los tensen
los demás
incapaces de repicar y al mismo tiempo
estar en procesión



vamos todos derecho a la
gran trituradora que
nos gana la partida
que muele y que
destroza
que se burla de ingenuos bien
pensantes
que creímos haber pasado por las
pruebas
a las que nos vimos sometidos



no se debe confiar
señores míos
de lo que llega casi por
azar
tracemos nuestro rumbo
en la medida en que
podamos
estar metidos en la procesión y
repicar



y movamos por
nosotros mismos
las riendas que
en el reparto
nos toca tensar
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