domingo, 17 de junio de 2007

"La vida de los otros" (Casas más, casas menos...)

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Algunas otras consideraciones –enlazadas con lo personal – y ya para ir cerrando el tema sobre la película La Vida de los Otros (que, dicho sea de paso, ha resultado un éxito de público. Confieso que volví a verla esta semana):

a) En un momento dado, luego de que el candoroso Georg/Lazlo se encuentra en el teatro – años después de la muerte de Christa - con el ex ministro Hempf, se entera de que también él había estado vigilado durante el reinado de la RDA. Incrédulo va a su departamento y comienza a desgarrar las paredes, para así comprobar la red que bajo la superficie registraba pasos y sonidos de todos los que transitaban y vivían en el departamento.
Deben haber corrido los primeros meses de 1983. Yo trabajaba – como ya lo he mencionado en otra oportunidad - en Radio LV2 ,cuyas oficinas y estudios estaban ubicados sobre la avenida Maipú. La emisora tenía un interventor (G. R.) en esa etapa hacia la democracia que se estaba viviendo. Un día sucedió lo que todos sospechábamos: debajo de los paneles que cubrían las oficinas de redacción del noticiero, una red de cables – con todo lo necesario para grabar conversaciones clandestinas – dibujaba una filigrana en la pared. Obra evidente de C. A. C. (que se llamaba a sí mismo descendiente de un soldado de San Martín…), delator de sus compañeros y reconocido olfa de los milicos. Recuerdo la furia con que G.R. arrancó aquel siniestro sistema…

b) Georg/Lazlo, ingenuo y bien intencionado, presionado por su amigo Peter, le pregunta al ministro en cuestión si el director de teatro Albert Jerska, inactivo desde hace varios años, está en realidad integrando una lista negra. Con una mirada cargada de significación – propia del recelo que puede manifestar un jerarca de un régimen totalitario – Hempf elude una respuesta directa y, terminante, decide comenzar a controlar la vida del autor(además amante de Christa, a quien él desea y pretende).
Ingresé a Radio Nacional en 1978, con la intención de participar del programa Los casos, Las cosas y La Gente, producido por Carolina Vocos. Una de las primeras instrucciones que se me dieron era respetar a rajatabla la lista de los nombres prohibidos por la dictadura. Todavía debe estar en algún cajón… Allí figuraban Mercedes Sosa, Héctor Alterio, Marilina Ross, Federico Luppi y tantos otros…

c) Después de varios años actuando de escoria humana; después de mucho tiempo de ninguneo, que ni los muy amigos pueden disimular; después de languidecer en el ostracismo – sin que medie ninguna explicación por parte de nadie - Albert Jerska, el gran director, venerado por la gente de teatro, se suicida.
No tengo las estadísticas. La atención se centró en los desaparecidos, en los torturados, en los chupados por los Servicios. Pero bien recuerdo a los muchos impotentes que, deprimidos, no tuvieron el valor de esperar a la democracia para vislumbrar otras posibilidades. Los suicidios también fueron muchos en las épocas oscuras de la dictadura. (Personalmente, me tocó vivirlo en mi familia). Para no hablar de los que regresaron de Malvinas, algunos de cuyos ecos de vez en cuando nos sacuden…

George Orwell y 1984-Régimen totalitario; miedo, traición, censura, autoritarismo…Control, desesperación…
Cuando salí del cine después de ver por primera vez La Vida de los Otros, murmuraba para mis adentros: ”Casas más, casas menos…”
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