.
.
Es un gozo. Es una orgía (epa! Mental, eh?) Es una maravillosa realidad. El cine del mundo -con Argentina en primerísismo lugar– se está llenando de directoras, de nombres femeninos que le hacen honor a la calidad, a la verdad, a la condición humana. Semana tras semana, los cinéfilos vemos con asombro cómo y cuánto de mano apta ¿femenina? hay detrás de filmes excelentes, capaces de competir en los mayores escenarios del mundo.
Ya el mundo del cine no se limita a darle cabida sólo a estrellas o actrices que ponen rostros bellos y expresiones adecuadas. También el opaco oficio de script-girl ha caído en desuso. Ahora, el trabajo de director de cine, “el más estresante del mundo” al decir de los hermanos Coen, es compartido por mujeres en todas las latitudes donde haya una cámara rodando…
Para ubicarnos, y para comenzar, hago una breve reseña de algunas de las realizadoras que en otras tierras, con mínimos recursos, con ideologías adversas en muchos casos, están reflejando al mundo con ojos de mujer. Desde la ya cimentada Mira Nair (Salaam-Bombay-1988, Kama Sutra-1996, El Buen Nombre-2006), que desde su India natal se ha venido encargando de contarle al mundo cómo es su cultura exquisita y cómo miembros de ella han llegado a suelos extranjeros buscando un lugar y una posibilidad de trabajo, a la danesa Rosanne Bier (Después del Casamiento- 2006) que sabe adentrarse inmejorablemente en las profundidades del alma humana.
Persépolis (2007), una producción animada de la iraní - educada en Francia - Marjane Satrapi acaba de deslumbrar al mundo con su mirada concisa y perspicaz de la historia malhadada de su vapuleado país. Por otra parte la libanesa Nadine Labaki muestra en Caramel (2006) los anhelos de las mujeres en una sociedad cuyos recursos están a años luz de lo pretendido.
En Afganistán las hijas (varias) del renombrado Moshen Makhmalbaf (Kandahar – 2001)han seguido los pasos de su padre dando trabajos de inusual belleza.
Llegamos a lugares más cercanos a nosotros geográficamente. España tiene dos magníficos exponentes en Isabel Coixet ( Mi Vida Sin Mí – La Vida Secreta de las Palabras) y en Icíar Bollaín (Te Doy Mis Ojos). En Francia la talentosa actriz Julie Delpy, aclamada tras su aparición en las deliciosas Antes del Amanecer (1995) y Antes del Atardecer (2004), ahora ha decidido tomar el toro por las astas (perdón, la cámara) y ha dirigido 2 días en París con el desparpajo y la frescura que la caracterizan (también fue guionista de los filmes nombrados en primer término).
Ya el mundo del cine no se limita a darle cabida sólo a estrellas o actrices que ponen rostros bellos y expresiones adecuadas. También el opaco oficio de script-girl ha caído en desuso. Ahora, el trabajo de director de cine, “el más estresante del mundo” al decir de los hermanos Coen, es compartido por mujeres en todas las latitudes donde haya una cámara rodando…
Para ubicarnos, y para comenzar, hago una breve reseña de algunas de las realizadoras que en otras tierras, con mínimos recursos, con ideologías adversas en muchos casos, están reflejando al mundo con ojos de mujer. Desde la ya cimentada Mira Nair (Salaam-Bombay-1988, Kama Sutra-1996, El Buen Nombre-2006), que desde su India natal se ha venido encargando de contarle al mundo cómo es su cultura exquisita y cómo miembros de ella han llegado a suelos extranjeros buscando un lugar y una posibilidad de trabajo, a la danesa Rosanne Bier (Después del Casamiento- 2006) que sabe adentrarse inmejorablemente en las profundidades del alma humana.
Persépolis (2007), una producción animada de la iraní - educada en Francia - Marjane Satrapi acaba de deslumbrar al mundo con su mirada concisa y perspicaz de la historia malhadada de su vapuleado país. Por otra parte la libanesa Nadine Labaki muestra en Caramel (2006) los anhelos de las mujeres en una sociedad cuyos recursos están a años luz de lo pretendido.
En Afganistán las hijas (varias) del renombrado Moshen Makhmalbaf (Kandahar – 2001)han seguido los pasos de su padre dando trabajos de inusual belleza.
Llegamos a lugares más cercanos a nosotros geográficamente. España tiene dos magníficos exponentes en Isabel Coixet ( Mi Vida Sin Mí – La Vida Secreta de las Palabras) y en Icíar Bollaín (Te Doy Mis Ojos). En Francia la talentosa actriz Julie Delpy, aclamada tras su aparición en las deliciosas Antes del Amanecer (1995) y Antes del Atardecer (2004), ahora ha decidido tomar el toro por las astas (perdón, la cámara) y ha dirigido 2 días en París con el desparpajo y la frescura que la caracterizan (también fue guionista de los filmes nombrados en primer término).
Y antes de llegar a dónde en verdad quiero (NUESTRO país) paso por EEUU y Canadá para recordar a una Sofia Cóppola; a la deslumbrante puestista Julie Taymor (Titus-1999, Frida-2002); a Tamara Jenkins (La Familia Savage–2007) o a Sara Polley que después de enternecer como actriz en Mi vida sin Mí (2003) o La Vida Secreta de las Palabras (2005), se ha puesto detrás de cámara para realizar una propuesta tan sentida y emotiva como es Lejos de Ella (2007).
Llegamos, ahora sí, al cine argentino. Y la cantidad de nombres abundan y asombran.
Además, algunas directoras siguen en carrera después del jugado puntapié inicial de la ópera prima. Veamos:
Albertina Carri; Celina Murga; Anahí Berneri; Sandra Gugliotta; Vera Fogwill; Paula Hernández (Herencia –Lluvia); Julia Solomonoff; María Victoria Menis, Inés Braun(La Ronda-2008), entre otras. Para dejar en último lugar, destacado, a la laureada y polémica Lucrecia Martel ( desde La Ciénaga a La Mujer sin Cabeza); a Lucía Puenzo y su notable XXY y a la debutante Lucía Cedrón, autora de la impecable Cordero de Dios. Mientras, muchos de los colegas masculinos de la última década han ido quedando en el camino ( mencionarlos sería impiadoso).
En aquellas cinematografías de recursos poderosos no se involucran en grandiosas superproducciones. Por el contrario (más allá de medios económicos) van a lo profundo y a lo meduloso. Queda dilucidar en qué grado la óptica femenina difiere de la masculina. Personalmente, no estoy muy segura de que haya grandes diferencias, más allá de preferencias y gustos. Y de la opinión de un técnico en la materia, como es John Gray…
Lejos estamos de pioneras como M. Luisa Bemberg y mucho más de Leni Riefenstahl, es cierto. Y también es cierto que ya el mundo de la cámara cinematográfica le pertenece en igual medida a la mujer.
.
.