miércoles, 30 de enero de 2008

Mi Blog

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Este es mi blog, después de todo. Y según reza la tradición (reciente, por cierto), puedo hacer con él lo que quiera (o se me cante…) En fin, seguramente la gente que me sigue dirá: qué atrevida, qué audaz o qué grosera se ha puesto esta señora, tan fina y culta ella… O en verdad, si es amiga, tratará de aceptar mi ex abrupto con una sonrisita comprensiva. Y los demás… bueno, a esta altura, me importan los demás?

Sabe el por qué de tanta cháchara introductoria? Le cuento: a partir de ahora, de vez en cuando transcribiré en este espacio alguno que otro poema de los tantos que vengo escribiendo en los últimos tiempos y que –obvio- nadie lee… Por otra parte, un poema siempre tiene una rítmica interior que lo lleva a ser música, es decir, al canto.
Por éso y porque además también me supongo cantante es que afirmo que, desde ahora, haré lo que se me cante…

En fin, no quisiera cansar a nadie y…pruebas al canto:

poesía

cuánta dicha produce la certeza
de saber que
de cuanto el alma
la mente
el saber
abarcan
puede ser plasmado con apenas
las escasas palabras esenciales
de
un poema



es fuente de alivio
de gozo inenarrable
el poder manifestar en versos
los delicados
infinitos
dramáticos
etéreos vericuetos
de un corazón humano



capacidad asombrosa
que nos ha sido dada
por el toque más refinado
que la mente conozca
que los dedos abarquen
casi como sucede con
la música



ni bécquer
ni quevedo
ni shakespeare
ni borges
ni neruda
ni yates
ni benedetti
storni o
espronceda



sólo yo
única
limitada
sin vuelos
con carencias
pero tan sincera



gracias a todos los bardos
a todos los que de una u
otra forma
han marcado rumbos para que
ahora
hoy
en este momento
yo pueda con palabra trémula
sintetizar mis sentires
todos
con las pocas palabras de
un poeta

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viernes, 4 de enero de 2008

Wabi-sabi

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Parece un trabalenguas, no? Pero no lo es. Es, sí, una expresión en japonés que, cuando la descubrí, me hizo pensar que no todo está perdido y me llenó de esperanzas… Pero mejor voy por partes…

Estoy cansada, desilusionada, casi diría harta del estilo de vida que se lleva actualmente.
Me desespera observar – no sin estupor – que la mayoria de las personas considera que éste es un mundo descartable. Y actúa en consecuencia. Desde los afectos hasta los elementos de la vida cotidiana son usados y botados (como dirían en Centro América) de una manera pavorosa que no admite razonamiento ni explicación: se mal usa, se malgasta… y listo!

Nada evidentemente ha quedado en el inconsciente colectivo del Primer Mundo (ni del segundo ni del tercero, en el que incluiríamos a los argentinos), sobre lo que viene sucediendo sobre la faz de la tierra desde hace más de cien años. Para no irnos tan lejos.
Guerras horrorosas, hambrunas, devastaciones cometidas por la mano del más irracional de los seres conocidos: el hombre. Sufrimientos, dolores, la impiedad más absoluta. Nada se ha aprendido?

No. Yo diría que nada. Pero la onda del wabi-sabi parece que viene para tratar de recuperar algo de lo perdido. Es algo así como la cultura del rescate de las cosas amadas por el uso, por el paso del tiempo, por lo gastado… y que no se tira.

Esa colcha de la abuela, tejida al crochet con manos amorosas y diligentes… esa fórmula de dulce casero que nuestras madres hacían a fuego lento durante días y días…esa mesita estilo provenzal que alguna vez se descartó por algo más moderno… las fotos de tiempos irrecuperables, con rostros desvanecidos de un añejo color sepia… En definitiva, cosas que tocan el alma.

Los que pertenecemos a la generación nacida luego de la Segunda Gran Guerra conocimos –y lo llevamos en nuestros corazones– el valor de lo austero, de lo conservado, de lo cuidado porque no era fácil reponer las cosas usadas diariamente. Cuánta solidez le dan al alma, al espíritu, al carácter tales conductas!

Y ahora, casi con alegría para mí, me entero de esta corriente que, junto al movimiento slow trata de recuperar parte de lo que las nuevas generaciones desconocen.

Qué pretendemos, en definitiva, los que adherimos a estas ideas, que no son nuevas sino viejas como el mundo? Que las mujeres y hombres del futuro tengan herramientas para la lucha cotidiana. Que no crean que el mundo pasa por el éxito instantáneo de“Bailando…” o “High School…” o etcétera. Y que si bien la tal lucha es mucha
les deseamos que no sea tan cruel. Nada más…y nada menos!
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