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Se le anima a cualquiera. Y en contra de cualquiera. Me imagino la polvareda que debe estar levantando el último trabajo publicado por y de Juan José Sebreli: Comediantes y Mártires, Ensayo contra los Mitos.
Lúcido y filoso, parece como que en estos tiempos Sebreli quiere entretenerse y hasta divertirse (si éste fuera el término apropiado) más que de costumbre. Su autobiografía El Tiempo de una Vida así lo reveló hace tres años cuando con un gran desparapajo desnudó detalles de su vida personal e íntima que escandalizaron a muchos. Ahora toma el caso de los cuatro grandes mitos argentinos y prácticamente los destroza (para el acerbo popular, claro)
Lúcido y filoso, parece como que en estos tiempos Sebreli quiere entretenerse y hasta divertirse (si éste fuera el término apropiado) más que de costumbre. Su autobiografía El Tiempo de una Vida así lo reveló hace tres años cuando con un gran desparapajo desnudó detalles de su vida personal e íntima que escandalizaron a muchos. Ahora toma el caso de los cuatro grandes mitos argentinos y prácticamente los destroza (para el acerbo popular, claro)
Refiriéndose a Gardel, Evita, el Che Guevara y Maradona ya de entrada nomás, dice textualmente: Los cuatro personajes eran igualmente narcisistas ,egotistas, egocéntricos rayanos en la egomanía.
Y así, de ese mismo tenor, es el tono que impera en todo el trabajo, que una vez más, destaca a Sebreli como uno de los más claros pensadores argentinos.
Decidido a patear todos los tableros y a contramano de lo que quizá le convendría para la simpatía hacia su imagen, deschava actitudes mezquinas e interesadas, actitudes que quizá hasta nuestros días nadie se había atrevido a poner en duda. No es el caso de Evita, personaje por el cual Sebreli nunca sintió mucha simpatía
-aunque en algún momento la reivindicó- y contra quien se ha expresado en muchas oportunidades. O Maradona, más cercano en el tiempo, a quien ya se le pasó el cuarto de hora para morirse con gloria (léase joven) y de quien supone la gente está bastante escarmentada.
Pero sí se arriesga a dudar de la virilidad y actitud abierta a todos plena de simpatía que han sido una marca de fábrica del Morocho del Abasto, por ejemplo, o del criterio del Che para emprender su lucha armada libertaria y expurgada de todo interés personal.
Del primero dice: “ El silencio con el que Gardel manejó su vida íntima dio pie a todas las interpretaciones. Don Juan, Casanova, gigoló, proxeneta, latin lover, misógino, indiferente, frígido, homosexual reprimido, bisexual, narcisista, edípico incurable, o todo a la vez; nunca se sabrá”
De Guevara: “Le repugnaba corromperse en impuras transacciones políticas, aunque no le temblaba la mano con el fusil. No quería ensuciarse las manos, pero no le importaba mancharse de sangre”
Pero sí se arriesga a dudar de la virilidad y actitud abierta a todos plena de simpatía que han sido una marca de fábrica del Morocho del Abasto, por ejemplo, o del criterio del Che para emprender su lucha armada libertaria y expurgada de todo interés personal.
Del primero dice: “ El silencio con el que Gardel manejó su vida íntima dio pie a todas las interpretaciones. Don Juan, Casanova, gigoló, proxeneta, latin lover, misógino, indiferente, frígido, homosexual reprimido, bisexual, narcisista, edípico incurable, o todo a la vez; nunca se sabrá”
De Guevara: “Le repugnaba corromperse en impuras transacciones políticas, aunque no le temblaba la mano con el fusil. No quería ensuciarse las manos, pero no le importaba mancharse de sangre”
Sebreli siempre ha querido ser desencasillado y le pese o no, lo consigue.
En fin, una auténtica cachetada - para aquellos incautos que todo se lo tragan - este libro bien vale la pena que se lo tenga en cuenta. Aunque usted no esté de acuerdo con los conceptos que allí se vierten. Pruebe.
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