lunes, 26 de mayo de 2008

Ay, Arturo…!

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Se llama Arturo Pérez-Reverte. Me cae súper simpático. Porque es un señor (creo); porque escribe muy bien – su prosa nos da la sensación de tenerlo al lado, casi, casi, como si estuviese hablando con uno. Además, aprobó la elección de Viggo Mortensen para protagonizar la fallida versión de El Capitán Alatriste (de ese fracaso él no es responsable). Y porque semanalmente, desde algún periódico o semanario, nos hace retorcer de gusto con su perspicacia y buen decir…


En fin, que el tío me cae muy bien. Pero no siempre. Pues en la penúltima edición de adnCULTURA La Nación se manda un trabuque que ni les cuento. O ya lo advirtieron? La nota se titula: “Lo que sé sobre toros y toreros” y está firmada por el susodicho. Sucede que en realidad ésta es una respuesta a una factura que alguien le pasó pues parece que el escritor anduvo por Sevilla “metido entre pregones y otros fastos taurinos” hace cosa de poco tiempo y entusiasmado el hombre con tales sucesos, aparentemente se manifestó a favor del asunto. Bueno, un entusiasmo pasajero cualquiera lo puede tener. Pero también parece que en más de una ocasión Don Arturo se ha manifestado en contra de las corridas y matanzas de toros.


Entonces, confundido y queriendo quedar bien con Dios y con el diablo se manda una parrafada muy bien escrita…pero que la embarra, la embarra…!


Habla de cuando siendo niño iba de la mano de su abuelo a ver los lances taurinos; del coraje de toreros y de las bravuras de esos pobres bichos. De que los toros no nacen para morir en las fiestas populares donde “un animal indefenso es torturado por la chusma que se ceba en él” (¿qué diferencia habrá con un torero que lo azuza hasta morir?); que “los toros no nacen para morir así”(!). Que “nacen para morir matando, si pueden; no para verse atormentados, acuchillados por una turba de borrachos impunes”( ¿qué hacen los toreros, aunque estén sobrios?). Bla, bla, bla…


Sigue la cosa en ese tono, con una prosa exquisita, es cierto. Pero tan confundido con sus contradicciones que Don Arturo no acierta una. Menos mal que por allí larga un “por éso es necesario que mueran toreros de vez en cuando”. Así nos quedamos más tranquilos.
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sábado, 17 de mayo de 2008

Buen cine. Aunque Ud. no lo crea

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Parece mentira, pero el buen cine está llegando desde afuera de la máquina de multiplicar estupideces, que es la industria hollywoodense. Y precisamente casi sin buscarlo, en estas últimas semanas he visto tres o cuatro filmes que llegan desde lugares exóticos y que son un remanso para disfrutar, emocionarse y pensar en medio de tantos efectos especiales y tanta Carmina Burana disimulada para los trailers.


Una de esas películas es Viaje a Darjeeling, exhibida durante pocos días entre nosotros y que por suerte pude “pescar” a tiempo. (Sigo prefieriendo ver cine en pantalla grande con el clima apropiado que ofrece una sala cinematográfica, antes que sacarla del video club y verla en mi televisor). Este delicioso filme de Wes Anderson es otra de sus extravagancias, que nos someten a ejercicios de inteligencia, siempre teñidos con un gran sentido del humor. Tres hermanos distanciados desde hace tiempo deciden emprender un viaje a la India donde suponen que salvarán diferencias y encontrarán la paz que sus espìritus han perdido….


Otra producción encantadora es la libanesa Caramel, cuya acción se sitúa en Beirut en una peluquería femenina. Con total desparpajo vemos a mujeres pertenecientes a una civilización milenaria con los aires de modernización que se observan en las capitales más encumbradas del mundo. Rodeadas de vetutez y pobreza, en una población que viene siendo martirizada desde hace mucho tiempo (y si no, tengamos en cuenta lo que está sucediendo en estas últimas semanas) las bellas libanesas se emperifollan y hablan permanentemente por celular como sus hermanas más pudientes de esta parte de occidente. Opera prima de la realizadora Nadine Labaki es otro ejemplo de cine “para no perdérselo”


Una de las realizaciones que no llegó a las salas cinematográficas es El Buen Nombre de la directora de origen indio Mira Nair (La Boda – Salaam Bombay – Mississippi Masala, etc). Orgullosa de sus raíces pero conocedora del fenómeno inmigratorio que ha llevado a su gente a otras regiones del mundo ( en este caso EE UU), El Buen Nombre es un relato que muestra a miembros de una cultura ancestral tratando de integrarse en otros pueblos. Una mirada llena de bondad y ternura de Nair.


Finalmente y acudiendo de nuevo al DVD me hice de una coproducción franco-marroquí-argelino-belga, que fue nominada para el Oscar al mejor filme extranjero este año; que ganó innumerables distinciones pero que las distribuidoras locales han desdeñado en una clara actitud de desprecio por el público. Se titula Días de Gloria,
la dirigió Rachid Bouchareb y narra las vicisitudes que vivieron soldados reclutados en el norte de Africa durante la II Guerra Mundial , para pelear por la liberación de Francia y cuyos méritos nunca fueron reconocidos por el gobierno galo. Un filme que muestra el dolor de la ingratitud. Y una narración maravillosa, por cierto.


Entre tanta burda barahúnda que hay que deglutir semana a semana ( porque el oficio así me lo indica) encontrar estas perlas forma parte de La Felicidad
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